miércoles, 5 de diciembre de 2012


LEYENDAS


 
Rescatadas del lago de Texcoco

En 1542, el virrey don Antonio de Mendoza emitió un decreto que ordenaba
la acuñación de moneda de cobre en la Nueva España. La de mayor
denominación, fue la de 4 maravedís.

Estas piezas fueron rechazadas por los indígenas y a pesar de la orden de usarlas como
moneda corriente, eran arrojadas al lago de Texcoco. José Manuel
Sobrino, apunta: “Todavía en 1545, la Audiencia de México, en carta al
Rey, afirmaba su convencimiento de que la moneda de cobre debía
continuarse fabricando, pero ya en 1550 los miembros del Cabildo
estaban acordes en que debía suspenderse su acuñación en vista de la
actitud adverse de los indígenas. Es probable que la troquelación del
cobre se haya suspendido por 1551 ó 1552, pues oficialmente se le
retiró de la circulación por real cédula de 1556”.
El mismo autor, en otra edición de su libro agrega: “Poco se sabe de la técnica
de acuñación de las monedas de este periodo debido a que era uso
tradicional, desde la Edad Media, que los secretos de las artes y los
oficios se guardaran celosamente; los trabajadores de la casa de moneda
compraban sus empleos y tenían que capitalizar una habilidad que se
transmitía de padres a hijos y a costa de años de aprendizaje. No se
utilizaba maquinaria; la mano de obra la proveían los indígenas y los
esclavos negros, quienes hacían el trabajo rudo y sucio, en tanto que
la técnica y dirección provenían de los españoles”.

También se hicieron monedas con valor de 2 Maravadís. Miguel L. Muñóz, escribió
sobre estas piezas: “Prácticamente todas desaparecieron de la
circulación. Afortunadamente, al hacer excavaciones, algunas de 4
Maravadís, muy dañadas, han sido encontradas; pero pocas, muy pocas de
2 maravadís han sido recuperadas. Esto hace de esta moneda una de las
más raras y codiciadas de la Numismática Mexicana”.

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